lunes, 4 de noviembre de 2013
La Naranja Mekanika, La Katya Wyeth y obviamente Kubrick y Burgess
En cada cultura, con el devenir del tiempo, los cambios estructurales, las relaciones de poder y las modificaciones de las diversas condiciones establecidas, traen aparejados cambios en la ideología. Por esta razón la ética de una determinada sociedad en un determinado espacio y tiempo va cambiando constante y paulatinamente, determinando nuevas reglas éticas y morales, desde las altas cúspides del poder hasta los diversos componentes de la sociedad.
La visión de Kubrick es diametralmente opuesta a la de Burgess en su libro. Comenzando por la omisión del capítulo final - la rehabilitación voluntaria de Alex después del fracaso del tratamiento Ludovico -, es obvio que lo que quiere hacer Kubrick es tomar el argumento como pretexto para lanzar dardos a medio mundo. En sí La Naranja Mecánica de Kubrick no deja de ser una gran sátira - ironiza sobre la juventud descarriada, sobre la burocracia inglesa, sobre los manejos políticos sucios, y sobre el futuro en general de toda la sociedad británica -. Para Kubrick el mal es inherente a la naturaleza de cada individuo, y los villanos nunca dejarán de serlo. No existe una salida moralmente aceptable para Alex, tal como había escrito Burgess.
Uno no puede dejar de sonreir con el humor negro de Kubrick cuando decide coreografiar golpizas y violaciones con la música de Beethoven. Es la unión de los polos opuestos - el arte y el buen gusto con todo lo repulsivo -, lo que lo hace impensable y sorprendente. Además en toda la narración de Malcolm McDowell hay tanta ironía y amoralidad que sólo se lo puede concebir en términos de farsa. La idea de estos precursores de los skinheads, amantes de la música clásica y destruyendo todo a su paso es claramente anarquista; pero a su vez no es el único concepto en tal sentido que tira el filme. Otras visiones como la de la pornografía como arte culturalmente aceptado - presente en los cuadros de las casas, los objetos de arte, incluso las mesas del "bar lácteo" que frecuenta Alex y su pandilla -, los condominios de clase media devastados como si fueran una zona de guerra, los padres indiferentes a las actividades de sus hijos, incluso la utilización de la leche (algo que uno concibe como símbolo de pureza) como bebida para ingerir drogas son claros ataques de guerrilla contra la formalidad de la supuesta sociedad moderna equilibrada.
El otro punto del filme es la perversión. No hay un personaje moralmente sano en toda la película. Desde el vamos con los decorados pornográficos, hasta las escenas de las violaciones, es un filme empapado en sexualidad retorcida. Hay varias escenas en las cuales uno puede percibirlo: la visita del abogado de Alex a su casa (con McDowell tirado en la cama con él, solo con calzoncillos), la relación de Alex con el cura, e incluso el regreso a la casa del escritor - cuya esposa ha muerto y ha sido reemplazada por un fisico culturista en paños menores (David Prowse, el futuro impersonador de Darth Vader en La Guerra de las Galaxias) -. Por otro lado la corrupción presente en todos los personajes que poseen autoridad, como políticos o guardia cárceles. Al final el villano se gana un cargo político, un sueldo enorme y se libera de sus limitaciones legales a cambio de su silencio y en espera de dar rienda suelta a sus instintos violentos nuevamente recreados.
“Hemos nacido de monos erectos, no de ángeles caídos y esos monos eran unos asesinos armados. ¿De qué vamos a asombrarnos? ¿De nuestros asesinatos, genocidios y misiles? No, sino de nuestras sinfonías, por pocas veces que las toquemos, de nuestros tratados, por poco que valgan, de nuestros sembrados, por poco que a veces los convirtamos en campos de batalla, de nuestros sueños, por más que sólo raras veces se conviertan en realidad. El milagro del hombre no reside en cuán bajo a caído sino a qué altura se ha elevado”.
Consideremos el contexto. El mundo de La naranja mecánica que imaginó el director es un mundo foucaultiano, donde los Estados son capaces de imponer métodos de control cada vez más sofisticados y autoritarios para anular el libre albedrío de aquellos que no se adapten a sus reglas, en una sociedad donde nadie está dispuesto a perdonar y ofrecer la otra mejilla. Al ser obligado a hacer el bien, Alex pasa de ser victimario a ser víctima y, a la vez sus víctimas, pudiendo ellos elegir entre el bien y el mal, pasan a ser victimarios. A fin de cuentas, el perdón cristiano y la “bondad natural del hombre” no son más que palabras vacías. Sólo el más fuerte –o acaso el más cruel- sobrevive.
La naranja mecánica tuvo intenciones de ser una especia de tratado, incluso un sermón, sobre la importancia del poder de elegir. Mi héroe o antihéroe, Alex, es muy vicioso, quizá incluso imposiblemente vicioso, pero su vileza no es producto de condiciones genéticas o sociales: es algo propio en lo que se embarca con total conciencia. Alex es malvado, no está simplemente equivocado, y en una sociedad bien administrada la maldad que él representa debe ser chequeada y castigada. Pero su maldad es una maldad humana y reconocemos en sus actos de agresión potencialidades de los nuestros –realizados por el ciudadano no criminal en la guerra, la injusticia, la crueldad doméstica, los sueños en el sofá–. Alex es un ejemplar humano de tres maneras: es agresivo, ama la belleza y usa el lenguaje. Irónicamente, su nombre puede significar “sin palabras” aunque tiene muchas palabras propias –su dialecto grupal inventado–. No tiene, sin embargo, palabras que decir en el manejo de su comunidad o del Estado: la indignación se entromete en el camino de la caridad humana. El punto es que, si vamos a amar a la humanidad, tenemos que amar a Alex como un miembro –bastante representativo– de ella. El lugar donde Alex y su espejo F. Alexander son más culpables de odio y violencia se llama Hogar y es allí, nos dicen, donde la caridad debe comenzar. Pero con ese mecanismo, el Estado, que primero está preocupado por su autoperpetuación y, segundo, está más contento cuando los seres humanos son predecibles y controlables, no tenemos ninguna obligación, ciertamente no la obligación de la caridad.
Tengo una observación final que hacer y ésta no les va a interesar a aquellos que les guste pensar en la naranja de Kubrick más que en la de Burgess. El lenguaje tanto de la película como del libro (llamado nadsat, el sufijo “adolescente” ruso, como en pyatnadsat, que significa “quince”) no es mera decoración ni es una indicación siniestra del poder subliminal que el superestado comunista pueda tener sobre los jóvenes. Quiso convertir a La naranja mecánica en, entre otras cosas, un manual de lavado de cerebros. Uno lee el libro o ve la película y al final debería encontrarse en posesión de un vocabulario ruso mínimo –sin esfuerzo, con sorpresa–. Así funciona el lavado de cerebros. Elegí palabras rusas porque se mezclan mejor con el inglés que las francesas o alemanas (porque el alemán es una especie de inglés no demasiado exótico). Pero la lección de La naranja no tiene nada que ver con la ideología o las técnicas represivas de la Rusia soviética: está preocupada con lo que puede pasarnos a cualquiera de nosotros en Occidente si no mantenemos nuestra guardia alta. Si La naranja, como 1984, toma el lugar de una de las advertencias literarias –o cinematográficas– en contra de la debilidad, el pensamiento poco riguroso y la exagerada confianza en el Estado, entonces tendrá algún valor. Por mi parte, el libro no me gusta tanto como otros que escribí: lo he mantenido, hasta hace poco, en una jarra cerrada –mermelada, preservada en un estante antes que una naranja en un plato–. Lo que me gustaría es ver una película de otra de mis novelas, todas las cuales son singularmente no agresivas, pero temo que eso es pedir demasiado. Parece que debo ir por la vida como la fuente y el origen de una gran película y como el hombre que debe insistir, contra todos los que piensan lo contrario, que es la criatura viva menos violenta. Como Stanley Kubrick.
A Clockwork Orange 1971 720p BluRay DTS x264 ThD [PublicHD]
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http://ancensored.com/movies/A-Clockwork-Orange
http://aprenderavercine.com/2013/03/la-naranja-mecanica-the-stanley-kubrick-horror-show/
http://celebrity-news-uk.blogspot.com.ar/search?q=clockwork+orange
http://fasterpussycatblogblog.blogspot.com.ar/2013/05/a-clockwork-orange-stanley-kubrick-1971.html
http://hollywoodsubliminals.wordpress.com/director/stanley-kubrick/a-clockwork-orange/
http://nakedmenmovies.blogspot.com.ar/2011/10/clockwork-orange.html
http://sfclockworkorange.wordpress.com/
http://skiffleboom.wordpress.com/2013/06/29/the-complete-stanley-kubrick-exhibit-at-lacma-skiffleboom-com/
http://thatswhatsherylsaid.wordpress.com/tag/a-clockwork-orange/
http://themaskofgod.blogspot.com.ar/2012/03/clockwork-clockwork-orange.html
http://thepiratebay.sx/search/clockwork+orange/0/7/207
http://threeinacrowd.wordpress.com/tag/clockwork-orange/
http://thirstyrabbit.blogspot.com/2011/06/scenes-from-stanley-kubricks-clockwork.html
http://venusobservations.blogspot.com.ar/2013/07/non-centrefold-venus-of-month-16-katya.html
http://www.artecriticas.com.ar/detalle.php?id=181&c=5
http://www.bdsmmoviereview.com/movie0005/movie040.htm
http://www.bdsmmoviereview.com/movie0005/movie040a.htm
http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/libros/subnotas/4881-607-2012-12-16.html
http://www.sssm.com.ar/arlequin/naranja-mecanica.html
http://www.vintage-erotica-forum.com/t10234-katya-wyeth-mayfair.html
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